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Tierra

Diésel

Se obtiene de la destilación del petróleo entre los 200 y 380ºC. Es un líquido denso, que tiene su origen en los gasóleos, y antiguamente era considerado parte de los desperdicios de las refinerías.

El diésel es un combustible no renovable que se utiliza para la generación de electricidad, transporte y calefacción.

En transporte se emplea para los motores de vehículos de grandes cargas como camiones, trenes, maquinarias industriales, embarcaciones y vehículos del sector agrícola, forestal, minero, y construcción. También se utiliza en la calefacción de residencias, edificios comerciales y calderas industriales.

Las centrales termoeléctricas usan el diésel en turbinas y en grandes motores diésel. Además, se utiliza en termoeléctricas de ciclo combinado, que generan electricidad a partir de la combustión de gas natural y diésel.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), entre el 2002 y el 2005, la compra de vehículos con motor diésel aumentó en un 45,8%. La preferencia por los diésel se debe a que este combustible es más barato que las gasolinas. Además, en la actualidad son amigables con el medio ambiente, ya que por normativa, los nuevos vehículos diésel deben reducir sus emisiones contaminantes.

Otra ventaja de los motores que utilizan diésel, es que comparándolos con los motores de combustión interna, son más eficientes, porque producen más trabajo mecánico por cada litro de combustible. En general, los automóviles que usan gasolina aprovechan del 22 al 24% de la energía consumida, mientras que en los motores diésel este aprovechamiento es del 35%.

Diésel y el medio ambiente

A pesar de que el uso del diésel está regulado bajo la normativa Euro V, que minimiza la contaminación del aire, de igual modo en la combustión se emiten contaminantes primarios como: material particulado (PM), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos duros (HC), compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros productos químicos que son contaminantes del aire.

Algunos estudios médicos revelan que la exposición a las emisiones de diésel afecta principalmente el sistema respiratorio, agravando el asma, alergias, bronquitis, y la función pulmonar.

Por lo anterior, la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de Estados Unidos pretende requerir el uso de tecnología más moderna en camiones y autobuses, para disminuir el azufre en el combustible diésel –hasta un 97%–, permitiendo reducir las emisiones nocivas para el ser humano.

El diésel tiene una mayor eficiencia en relación a subproductos del petróleo, ya que contiene una densidad energética mayor que la bencina. También es más económico, al requerir un menor proceso de refinación. Pese a ello, es uno de los combustibles más contaminantes.