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Tierra

Bencina

La gasolina o bencina, como la llamamos en Chile, se usa principalmente como combustible de automóviles, de embarcaciones, generadores de luz, aviones y para actividades del sector agrícola.

Una vez extraído el petróleo es transportado a través de oleoductos a refinerías, que aplican un tratamiento para transformarlo en diversos subproductos. Este proceso se conoce como destilación fraccionada y consiste en calentar el petróleo crudo en equipos especiales, para luego pasarlo por una columna de destilación, en la que, aprovechando la volatilidad de los componentes, se logra separarlo en diversas fracciones que incluyen gas licuado, bencina, parafina, queroseno, diésel y aceites lubricantes, entre otros.

Medidas de impacto ambiental

En los motores de combustión de los automóviles actuales, se quema la gasolina para obtener la energía propulsora. Esto trae como consecuencia la emanación de substancias contaminantes del aire como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y aditivos del combustible.

Para reducir las cantidades de contaminación emitidas, se ha incorporado a los vehículos un dispositivo denominado conversor catalítico o catalizador que facilita la transformación de las substancias contaminantes en otras que no los son tanto.

Otra medida, para reducir el impacto ambiental, es la introducción de mejoras en la composición de la bencina, por ejemplo: el plomo, que se usaba para aumentar el octanaje de la gasolina, ha sido eliminado en muchos países y se agregan otros aditivos y oxigenados, como el butano, aromáticos, alcoholes y éteres, que mejoran la combustión; incluso se utiliza metanol, producido por la biomasa para mezclarse con la gasolina y disminuir los índices de contaminación.

 

Reseña histórica de la bencina

La bencina, ha sido un elemento fundamental en el desarrollo de la humanidad, ya que nos ha permitido acortar las distancias entre ciudades y países, cubrir las demandas de alimentación y salud, entre otros aspectos. Abastece a la mayoría de los motores que utilizamos en industrias y transporte a nivel mundial.

Existen otros tipos de combustibles para los diferentes motores, pero la bencina es más abundante, económica y fácil de obtener.

El uso de la bencina tiene sus orígenes en el siglo XVIII, cuando comenzó a utilizarse como método de engrasamiento de las maquinarias y para el alumbrado público.

Ya en 1876, Nikolaus August Otto construyó el primer motor de gasolina de la historia, que en 1885 se comenzó a utilizar en los primeros prototipos de automóviles.

En las últimas décadas, la demanda de bencina automotriz se ha elevado muy rápidamente, junto a la demanda de vehículos y las preocupaciones ambientales.